Debido a la desecación del Lago de Texcoco su existencia se ha convertido en un mito y con ello la bioculturalidad que en el se desarrollaban desde la época prehispánica, con la perdida de gran parte del Lago también se perdieron los conocimientos ancestrales lacustres de muchos pueblos convirtiéndose en historias y anécdotas de un tiempo que parecía perdido y olvidado.
Así fue como un día nos encontramos con el Sr. Rafael Villanueva uno de los ¿últimos laguneros? y redescubrimos toda la cultura lacustre que aún prevalece en el Lago de Texcoco y que ha sido resguardada y defendida por un puñado de trabajadores lacustres la mayoría de ellos del pueblo originario de Santa Isabel Ixtapan.
El motivo de empezar a documentarlos fue hacer visible lo invisible, de recordar nuestros orígenes, de retomar nuestra cultura lacustre que como pueblo nos ha identificado y que hemos olvidado, de saborear y oler nuevamente los recursos del lago, de revalorar y volteara a ver nuevamente el lago, de conocer las criaturas que habitan en él y de recordarnos que aún existe el Lago de Texcoco.
El Sr. Rafael Villanueva vocero y líder de los charqueros cuando lo conocimos nos comentaba frecuentemente "los trabajadores lacustres del Lago de Texcoco somos una especia en peligro de extinción" hoy ya no lo menciona tan seguido, esperemos en un futuro exista ese relevo generacional y los trabajadores lacustres sigan subsistiendo así como el Lago de Texcoco.
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En la imagen podemos ver al Sr. Rafael Villanueva con su red de pescar montada en su bicicleta platicando con Verónica Martínez colaboradora del proyecto. |
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